Macri: entre las negociaciones y la inseguridad. Por Rosendo Fraga

Macri sigue adelante con su política de «reconectar» la Argentina con el mundo desarrollado, pero el encuentro con la primera ministra británica mostró un error diplomático de significación. Ello no afecta su imagen en la opinión pública local, pero sí lo hace en el ámbito diplomático global, al no percibir la significación del «Memorándum de Entendimiento» recientemente firmado con el Reino Unido. En lo político, este hecho potencia las críticas al mismo, tanto en la oposición, como en sectores del propio oficialismo. Pero esta semana llega al país el Secretario del Tesoro de los EE.UU. (Lew), en una nueva señal de respaldo de la Administración Obama hacia el gobierno argentino; también lo hace el Jefe del Hemisferio Occidental del FMI (Werner), para formalizar la recomposición de relaciones con este organismo y también arriba al país una nueva misión de la OCDE para avanzar en el proceso para que Argentina forme parte de la misma. También esta semana se tendrá una visión más clara sobre si la candidatura de la Canciller (Malcorra), para la Secretaría General de la UN sigue teniendo posibilidades o no. La visita de Macri a la Fundación Clinton en los EE.UU. es un gesto simpático para la opinión pública local, pero que puede tener su costo si finalmente gana el candidato republicano. En cuanto a los próximos pasos en política exterior, el Presidente viaja a Colombia para asistir a la firma del acuerdo de Paz, la semana próxima recibe al Presidente de Brasil (Temer) y el 15 de octubre será recibido en el Vaticano por el Papa, en un contexto más «amigable» que en el encuentro anterior.

La relación con el Peronismo y los gobernadores entra en un momento decisivo por la negociación por el presupuesto 2017, cuando el oficialismo enfoca su estrategia electoral. Las distintas fracciones en la cuales hoy está dividida la principal fuerza opositora, coinciden en limitar las facultades excepciones que da al Ejecutivo la «emergencia económica», en aumentar los fondos para las provincias, darles mayor autonomía para endeudarse y limitar la discrecionalidad del Presidente en asignar el gasto provincial. El Peronismo en general y los gobernadores en particular, están decididos a hacer pesar su poder, frente a un gobierno que tiene sólo un quinto del Senado y un tercio de Diputados. El Gobierno nacional seguramente volverá a ceder como hiciera en la primera semana de agosto frente a gobernadores y sindicatos -cuando necesitó aprobar la reforma previsional y el blanqueo- al mismo tiempo que necesita el aval de la oposición para hacer de la obra pública la palanca de la reactivación económica y de su estrategia electoral. A trece meses de las elecciones legislativas, el Jefe de Gabinete (Peña) reunió a 1.000 voceros del oficialismo de distintos niveles y ámbitos, para ratificar ante ellos la estrategia comunicacional del gobierno; las figuras nacionales de Cambiemos, encabezadas por Macri, participaron en la «timbreada» que se hizo el sábado 24 de septiembre en todo el país y que sirvió para revitalizar Cambiemos como alianza electoral, integrada por el PRO, la UCR, la CC, el partido Fe de origen peronista y la Democracia Progresista.

Pero es el sindicalismo y la cuestión social, el frente que está adquiriendo relevancia en estos días para el gobierno. Como era previsible, la CGT peronista unificada, reunió su «confederal» integrado por representantes de 124 gremios, el que convocó a un paro general pero dejó la fecha en suspenso para negociar con el gobierno, previéndose encuentros con el Presidente y el Ministro de Hacienda para ello hacia el fin de esta semana. El sindicalismo pide un bono compensatorio a fin de año para no reabrir las paritarias y la actualización de las escalas para el pago del impuesto a las ganancias, entre otros reclamos. Al mismo tiempo la CGT peronista, avanza en su estrategia para ampliar su base de representación social. Tras llegar a un acuerdo para desarrollar una estrategia común con cuatro de los movimientos sociales que representan a beneficiarios de planes sociales y trabajadores informales, se realizó el sábado 24 una «Jornada de Reflexión», del «Encuentro de Movimientos Populares», que auspicia el Papa. La Comisión de Pastoral Social, a través de su titular (Monseñor Lozano), tuvo un rol activo en este encuentro, en el que además de la CGT, participar los cuatro movimientos sociales que han firmado un acuerdo con ella (CTEP, CCC, Movimiento Evita y Barrios en Pie, organizaciones campesinas y de pueblos originarios. Se acordó impulsar el proyecto de ley de «emergencia social» que crea un millón de beneficiarios más de plan «Argentina Trabaja», garantiza un «ingreso social» para todos y da cobertura médica a los 5 millones de trabajadores informales a través de las obras sociales. Mientras tanto, el martes 27 tiene lugar un nuevo paro general de docentes y estatales, impulsado por el sindicalismo combativo, encuadrado en las dos fracciones de la CTA.

Al mismo tiempo gana relevancia la inseguridad como primera demanda de la sociedad. La baja en la tasa de inflación, la ha dejado como prioridad en la sociedad en septiembre de acuerdo a los sondeos. Durante el primer semestre, el gobierno intentó replegar a las fuerzas de seguridad federales a sus funciones específicas, reduciendo su despliegue en provincias y municipios. Pero las urgencias políticas lo desviaron de esta política y hoy se están desplegando gradualmente 3.000 hombres de ellas en Santa Fe para hacer frente al problema del narcotráfico y otros 7.500 en la provincia de Buenos Aires para enfrentar el auge del delito. Pero la demanda de la gente no sólo crece en los sondeos, sino que también se expresa en el incremento de los casos de «justicia por mano propia» y en la convocatoria de una marcha nacional contra la inseguridad para la segunda semana de octubre. Mientras tanto, ante el riesgo de una protesta policial bonaerense, a partir del malestar en el Grupo Halcón, fue frenado con un aumento de entre 120 y 166% del pago por las horas de «servicios adicionales», lo que implica un incremento importante en el ingreso total de los policías de grados inferiores.

En conclusión: Macri avanza con su política exterior de reconectar la Argentina con el mundo desarrollado, pero ha sufrido un traspié relevante en su imagen diplomática en el encuentro con la primera ministra británica; en la última semana de septiembre tiene que comenzar a negociar con las distintas facciones del peronismo el presupuesto 2017, al mismo tiempo que moviliza al oficialismo para la elección del año próximo; la amenaza del sindicalismo de un paro general y la extensión de sus alianzas a los “movimientos sociales”, obligan también a atender las demandas del sector en los últimos días de septiembre y la inseguridad pasa a ser la primera demanda de la sociedad al bajar la inflación y ello lleva a rediseñar el despliegue de las fuerzas federales y contener el malestar de la policía bonaerense.

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