Mié. Abr 17th, 2024

Prensa Republicana

Con las ideas derechas

Yo veo comunistas y Usted? Por Ariel Corbat

«¿No los veis sobre el triste Caracas
luto, y llanto, y muerte esparcir?
¿No los veis devorando cual fieras
todo pueblo que logran rendir?»
 
Vicente López y Planes 
(Himno Nacional Argentino)
Aparateadas por la izquierda, siempre se supo que las llamadas organizaciones de derechos humanos eran lisa y llanamente colaterales de las organizaciones terroristas o, en el mejor de los casos, funcionales a ellas. Cretinos o estúpidos.

El 24 de Marzo de 2017, acaso porque sienten que con el Presidente Mauricio Macri «se acaba el curro de los derechos humanos», los cretinos y mercaderes de la muerte arrearon a los idiotas útiles hasta la Plaza de Mayo para reivindicar, con sinceridad tardía, la lucha armada de los bandas de delincuentes terroristas que, al servicio de la dictadura castrista, quisieron implantar el comunismo genocida en la Argentina.

Apología de la violencia terrorista realizada por partidos políticos de izquierda
y organizaciones de Derechos Humanos en la Plaza de Mayo el 24 de Marzo de 2017.
Obsérvese el empeño en afirmar la mentira de los 30.000 desaparecidos.

Dirigidos desde La Habana, tanto el comandante del ERP Roberto Santucho, que calculaba matar un millón de argentinos para imponer el socialismo, como el comandante de Montoneros Mario Firmenich, hicieron de la muerte su principal razón política. Esparcir la muerte, el luto y el llanto, es lo que hacen los enemigos de la Patria, tal como enseñan los versos inmortales de Don Vicente López y Planes.

Jamás fue el Golpe de Estado de 1976 lo que repudiaron las organizaciones de DDHH, su lamento es por la derrota militar de los esbirros de la dictadura castrista, por eso el poco dolor genuino entre las madres y abuelas de Plaza de Mayo nunca dejó de tener tufo a pestilencia comunista.

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El dominio de la hipocresía en la corrección política del progresismo, hace que cualquiera que señale el accionar comunista parezca estar viendo alucinaciones macartistas. Pero los comunistas siguen entre nosotros y se disfrazan de cualquier otra cosa. Como bien advierte Julio Bárbaro, el marxista ortodoxo «se expresa como demócrata cuando está en minoría y te manda derecho a Siberia cuando es dueño del poder».

Con el kirchnerismo estuvieron tan cerca del poder que ahora, cebados, quedan en evidencia cuando en la Plaza de Mayo reivindican la lucha armada y llaman dictadura al gobierno surgido del sistema constitucional por sufragio popular. Pero no sólo ahí muestran la hilacha roja.

Miremos en la conflictividad social a los que pretenden extender cada conflicto hasta puntos de no retorno. A diferencia de la ortodoxia sindical peronista, que negocia mejores condiciones sin intentar destruir al capital privado ni al Estado, los sindicalistas comunistas no tienen por finalidad el bien de los trabajadores sino la destrucción del capitalismo.

El conflicto docente es revelador al respecto, los sindicalistas Roberto Baradel, Silvia Alesso y Hugo Yaski han dado testimonio irrefutable de su condición de comunistas.

¿Alguien puede creer que habiendo dando testimonio de su compromiso con la dictadura comunista que oprime a Cuba, donde no hay educación sino adoctrinamiento totalitario, pueden luchar en la Argentina por una educación democrática? Su lucha no es por la dignidad docente, sino por esa mal llamada «revolución» que es la tiranía castrista.

Para espanto de propios y ajenos acostumbrados a las etiquetas cuadradas, digo que la actividad sindical surge del derecho de libre asociación y como tal es una bandera liberal. Reivindico también, para el mismo espanto, la autenticidad de dirigentes sindicales peronistas en la tradición que pasa de José Ignacio Rucci a Gerónimo «Momo» Venegas. De hecho en el libro de Alan Fioravante «OPERACIÓN SELENIO» -crónicas de los años de plomo- tuve el honor de escribir el guión de la tira «Rucci», describiendo el modo en que los Montoneros adoctrinados y dirigidos por la dictadura castrista se sintieron con derecho de matar a los nuestros. No fue sólo para tirarle un cadáver a Perón que mataron a Rucci, era la racionalidad lo que querían matar.

Y es tan notable la diferencia entre la autenticidad y la mentira, que frente a los comunistas que salen a reivindicar la lucha armada, deseosos de esparcir la muerte como siempre han hecho sobre cada pueblo que intentan o logran rendir, escucho la sincera voz de Claudia Rucci reflexionar el dolor y pregonar la paz, al decir:

«En esta democracia tan dolorosa que nos costó conseguir a todos los argentinos, de la misma manera en que nos unimos fuertemente en decir nunca más a un golpe de Estado, con esa misma fuerza hoy nos tenemos que unir para decir nunca más grupos armados que atenten contra la democracia, nunca más generar jóvenes imberbes y necios, queremos jóvenes trabajadores, brillantes, queremos jóvenes con futuro, para eso trabajamos todos los días los que creemos en la democracia» (Los Leuco, TN, 28/03/2017).

Suscribo al pie de la letra. Porque en estos días, entre las amenazas que acechan a nuestra democracia pesa el pasado no resuelto, mentido y manipulado. Yo veo comunistas. ¿Y usted?

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