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Venezuela: sin solución a la vista – Por Rosendo Fraga

Frente a la crisis venezolana, Estados Unidos ha asumido una posición firme y Nicolás Maduro fluctúa entre acusarlo de intentar voltearlo y hasta asesinarlo, y propone dialogar.

El Secretario de Estado John Kerry ha dicho la semana pasada que su país continuará los esfuerzos para evitar que “Maduro siga adelante con su campaña de terror”, refiriéndose a la represión y los casos de violaciones de derechos humanos denunciados y constatados. También ha dicho que la Administración Obama está dispuesta aplicar sanciones contra el gobierno venezolano y sus integrantes.

Por su parte el Presidente venezolano acusó días atrás a Estados Unidos de “encabezar su derrocamiento” y el canciller venezolano Elías Jaua dijo que su colega estadounidense era un “asesino”.

El sábado 15, Maduro propuso una comisión de “alto nivel” para dialogar con Washington, pero pocas horas después denunció que Obama “tiene sobre su escritorio un plan para asesinarlo”. La sanción más efectiva que la Administración Obama podría aplicar a Venezuela es la misma que dio finalmente resultado con Irán: dejar de comprarle petróleo. El 95% de los ingresos venezolanos provienen de su exportación y Estados Unidos sigue siendo un cliente importante. Pero durante 15 años el gobierno americano ha privilegiado el precio del petróleo y ha evitado usar este instrumento, que hoy podría utilizar con menor costo que en el pasado, por su avance hacia el autoabastecimiento energético.

La ausencia de Maduro en la asunción de Michelle Bachelet se vincula al hecho que Unasur ha dado un respaldo muy débil al Presidente venezolano. Pidió primero que los mandatarios sudamericanos, aprovechando su presencia el 11 de marzo en Santiago de Chile, realizaran un encuentro para analizar el conflicto venezolano y expresar solidaridad con el gobierno chavista.

Aunque el Presidente pro-tempore del grupo regional es el presidente de Surinam, Desiré Bouterse, que tiene afinidades con Venezuela (Bouterse tiene captura por narcotráfico de la justicia holandesa y su hijo fue detenido en Panamá y deportado a los Estados Unidos por la misma causa), y que el Presidente permanente es Alí Rodriguez -uno de los mejores diplomáticos venezolanos, que fue Ministro de Energía y Relaciones Exteriores y secretario permanente de la OPEP-, los cancilleres de Unasur optaron por emitir una declaración anunciando que enviarían una delegación de cancilleres para intentar una suerte de mediación entre el gobierno y la oposición. Ali Rodríguez está realizando la gira por la región que suspendió Maduro, buscando apoyo para emitir una nueva declaración que satisfaga al Chavismo, que hasta ahora ha logrado impedir que la OEA se pronuncie en su contra.

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Maduro ha dicho que “mientras haya barricadas el golpe de estado está latente” al mismo tiempo que la extensión de las protestas, lo ha llevado a usar las Fuerzas Armadas por primera vez.  El Presidente venezolano ha defendido públicamente el derecho de los “colectivos” -denominación de los grupos chavistas parapoliciales- a armarse para defender al gobierno y la revolución bolivariana.

La Fiscalía Nacional, que recibe numerosas denuncias de violaciones a los derechos humanos, presentó un informe a instancias del gobierno, en que da cuenta que han muerto 28 personas en los incidentes -ya son 29- y han sido heridas más de 300, denunciándose decenas de casos de torturas.

Por su parte, la Guardia Nacional -policía militarizada- ha informado que sólo una de las muertes es atribuida por la justicia a esta Fuerza, que al mismo tiempo tiene un tercio de los heridos y el último muerto.

El gobierno ha perdido el control de las calles en los estados de Táchira y Mérida. La semana pasada se sumó a esta situación Valencia, la tercera ciudad del país, donde habían surgido barricadas y la violencia en las protestas se había intensificado.

Maduro dijo que “mientras haya barricadas el golpe de estado estará activo”. Dispuso que las Fuerzas Armadas ocuparan los barrios donde las protestas eran más intensas, requisando casa por casa, buscando secuestrar armas. Dijo, además, que habían sido encontradas, sin haber dado precisiones ni cantidades.

En Caracas volvieron a tener lugar marchas oficialistas y opositoras al mismo tiempo, y el presidente del parlamento y militar retirado, Diosdado Cabello, encabezó con el Ministro de Defensa una marcha de la que participaron militares, policías y miembros de la Guardia Nacional contra las protestas. La ocupación por la Guardia Nacional de la Plaza Altamira en Caracas, apunta a impedir que se convierta en la versión de la plaza Tahrir de El Cairo en el inicio de la Primavera Arabe. Maduro por ahora no parece dispuesto a ceder y las críticas dentro del Chavismo aumentan, pero sin manifestarse públicamente.

La oposición ha logrado mantener la unidad y la movilización en las calles, pero corre el riesgo de que algunos grupos se radicalicen hacia la violencia. La Iglesia Católica, que tiene malas relaciones con el Chavismo, ha justificado el derecho a protestar, pero dice que ésta debe tener límites. Los estudiantes y la clase media son el epicentro de la movilización opositora y los barrios ocupados por el Ejército en Valencia, son de este sector social.

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Enrique Capriles abrió en los últimos días la puerta al diálogo, pero condicionándolo. Desde la cárcel, el líder opositor Leopoldo López, llamó a “quebrar la dictadura”, dejando a Capriles poco margen para la moderación. La influencia cubana en el país y el personal de este origen que cumple funciones en el aparato estatal motivó una marcha particular de la oposición, que reclama la partida de los cubanos, desde una posición nacionalista.

Mientras, la opinión pública se está volcando hacia la oposición y un sondeo de la empresa Data consigna que le 87% cree que Maduro debe rectificar el rumbo, 68% no cree en las políticas del Socialismo del Siglo XXI puedan resolver la crisis económica, y 64% está a favor de un recambio institucional que permita la salida de Maduro del gobierno.

Mientras tanto, la economía se sigue deteriorando: 3 de 7 automotrices se encuentran con el personal suspendido por los efectos del “cepo cambiario”;  el gobierno anunció que las aerolíneas que dejen de operar por no poder adquirir dólares en el país, no podrán volver a trabajar en Venezuela, y el Presidente anunció que presentará propuestas para que en el futuro se pueda cobrar la gasolina, que en el país prácticamente es gratis. Los mercados esperan una devaluación del 138% y nuevos desdoblamientos del tipo de cambio.

En conclusión, frente a la crisis venezolana Estados Unidos ha adoptado una posición de crítica firme y Maduro fluctúa entre dialogar con Washington y acusar a Kerry de “asesino”; la decisión de los cancilleres de Unasur de enviar una delegación de ellos para fomentar el diálogo en Venezuela es un respaldo menor al esperado por el Chavismo; Maduro está radicalizando su postura, llamando a terminar con las barricadas para evitar el “golpe de estado” y desplegando el Ejército para ocupar barrios de clase media favorables a la oposición, y en ella Capriles ha reconocido la posibilidad de dialogar pero imponiendo condiciones, mientras que la economía se sigue deteriorando.

Fuente: http://www.nuevamayoria.com/