Vie. Mar 29th, 2024

Prensa Republicana

Con las ideas derechas

Un tema de muerte pública. Por Miguel De Lorenzo     

En medio de esta avalancha de mentiras y destrucciones,  el virus sars  desnudó un poco más la clamorosa inutilidad de  Alberto, del ministro Ginés y de su grupo de asesores, o mejor aún, de cómplices, artífices de un  fracaso que es récord, y que nos ubica dentro  de los más altos índices de mortalidad del mundo.

No satisfecho con el resultado trágico del manejo de la pandemia, Alberto va por más víctimas, y proclama la urgencia de una ley para seguir matando, en este caso a los bebés  más pequeños y hasta los nueve meses de gestación.

El mayordomo de la rosada, imperturbable ante sus fracasos, reflota la tragedia del aborto, en medio de una escenografía ya suficientemente trágica; el país sin rumbo se cae a pedazos, territorio de miseria, descomposición social, de caos educativo, de robos, tomas, cortes de ruta, asesinatos, corrupción, abolición de la propiedad privada y destrucción de la justicia, digamos la guerra social en su apogeo.

Pero es así, los sirvientes del nuevo orden mundial, entre los que se encuentra la pequeña marioneta  Alberto, ajenos todos al honor, cumplen órdenes, las reciben y las acatan, sus mandantes, los de siempre:  Soros,  ONU, Planned Parenthood, Banco Mundial, Gates,  FMI etc etc. la consigna muy clara: hay que  limitar los nacimientos en los países con más pobres y ya lo sabemos la Argentina es uno de los mayores productores de pobres del mundo….

No deja de ser una paradoja inquietante, que sean los grupos de  izquierda, los más duros a la hora de exigir  políticas antivida, en rara coincidencia – o no tanto – con el capitalismo más salvaje y menos humano.

Los i responsables de la salud pública y del  desastroso manejo  covid,  repiten que el aborto es un tema de salud pública. Por cierto que lo es, pero no menos cierto es que ya demostraron que entienden ellos por salud. En el diccionario K, salud, viene a significar muerte, así cuando plantearon el sofisma  vida o economía, eligieron vida, pues bien,  ese tipo de vida que eligieron ya acumula casi 40.000 muertos, cuesta siquiera imaginar el número de los bebes muertos por aborto.

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Todo el tiempo escuchamos “No  hay dos vidas. Solo una, la de la mujer” «La mujer puede hacer lo que quiera con su cuerpo». Por eso, a ese nuevo ser humano,   en la panza materna,  el ministro Ginés, solo atina a llamarlo: “un fenómeno.”

Entre los numerosos argumentos médicos, que demuestran con abundancia de certezas científicas,  la existencia de las dos vidas,  queremos rescatar uno,  que tal vez, por  requerir una explicación biológica algo compleja ha sido escasamente valorado.

Tiene que ver con la inmunidad, y a muy grandes rasgos podríamos decir que el ser humano posee mecanismos defensivos innatos o sea que son herencia de experiencias infecciosas pasadas y que han dejado huellas o memoria inmunológica.

Hay también otros que vamos desarrollando a lo largo de la vida – o sea  adquiridos – que resultan esenciales para la especificidad inmunitaria y la histocompatibilidad (trasplantes).

A los antígenos  responsables se los conoce como HLA (human leucocyte antigen). Y existen muy diversos subtipos HLA que se  clasifican internacionalmente siguiendo el orden alfabético,  HLA –A-B-C-D  formas estas que son consideradas como: “clásicas”.

Pero debemos además agregar  las formas  “no clásicas”.  Entre ellas las especies: HLA – E-F-G, con  acciones que,  al parecer,  serían más específicas y limitadas. Se trata de una especie de red reguladora compleja, que se ocupa de respuestas inmunomoduladoras en caso de no contar con las otras formas tradicionales.

Ahora bien, dentro de este grupo HLA,  se identificó no hace  mucho tiempo el HLA G. La  describió por primera vez un inmunólogo argentino radicado en Francia, desde entonces sabemos que  el HLA G  está implicado en los mecanismos conocidos como de «tolerancia materno fetal». Muy sintéticamente podemos decir que son los antígenos que evitan que el cuerpo materno rechace, a ese  otro ser,  que aparece dentro de la mujer, como algo extraño, inmunológicamente hablando.

Pero entonces,  porque sería necesaria – como lo es – la producción materna del HLA G durante el embarazo, porque debería activarse un mecanismo de “tolerancia materno fetal”, si allí hay una sola vida, que es lo que habría que tolerar, si todo se reduce a un único ser, el de la mujer.

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La respuesta es evidente. De no existir ahí otra vida distinta y a su vez única e irrepetible,  no tendría el menor sentido hablar de tolerancia y menos aún de rechazo.

Vale consignar que,  tan pronto como  48- 72 hs después de la unión de espermatozoide y óvulo, o sea del momento de la concepción, ante ese pequeño conjunto celular, pero que ya posee la totalidad de la información genética de un nuevo ser humano,  en ese estadio tan precoz ya se ponen en marcha,  las secuencias de protección inmunológica,  a través de las HLA G,  a fin de evitar el fenómeno de rechazo.

Rechazo que sucede, por ejemplo,  cuando se  injerta   un órgano de un cuerpo,  en otro diferente,   o como en el caso del embarazo,  de la aparición de un nuevo ser,  inmunológica y genéticamente diferente,   del cuerpo de la madre.

Hay “tolerancia” materno fetal, claro que  debe haberla, necesaria e imprescindiblemente,  porque «hay dos vidas» rigurosamente diferentes en un cuerpo de mujer.

Pero volvamos al ministro Gines, al que escuchamos decir: “si no fuese un «fenómeno» lo que habita el vientre de la mujer, si fuera un ser humano, estaríamos – aborto mediante -delante del mayor genocidio del mundo. Y esta vez,  en esas últimas palabras, acaso sin darse cuenta  el tipo dijo la verdad, claro que sí Ginés,  porque de eso se trata el aborto, del mayor genocidio de los tiempos,  de una época atroz que desconoce a Dios y entiende la verdad,  apenas,  como juegos del lenguaje.

Pienselo Ginés el aborto no es salud pública, sino muerte pública, y mucha muerte, una muerte feroz apuntando a los niños no nacidos. De alguna manera,  tal vez a traves de sus lejanos contactos con la medicina, usted parece haberse reencontrado con parte de esa verdad, seria bueno que no olvide sus palabras, poque el aborto es, sin duda el mayor genocidio del mundo.