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Un nuevo paro general: III. La dinámica del conflicto social – Por Rosendo Fraga

La Argentina enfrenta una situación económica difícil, con los indicadores sociales deteriorándose.

El gobierno “redobla la apuesta”, buscando alinear la política con la consigna “Patria o buitres” y avanzando hacia una mayor estatización de la economía.

El futuro de la economía puede ser previsto o evaluado a través de cifras y curvas que permiten pronosticar. Con la política suele suceder otro tanto. La sociología política proporciona elementos empíricos, como los sondeos de opinión, a través de los cuales también puede medirse la evolución de la política y su eventual proyección.

Pero las cifras en lo social son más relativas. El conflicto social funciona con la “teoría del resorte”: acumula y un momento salta y aparece una serie de tensiones contenidas. A veces no es posible determinar cuál ha sido el detonante que ha hecho saltar ese resorte.

En los últimos meses la Argentina ha mostrado dos “resortes saltando” en material de conflicto social: los saqueos con motivo de la huelga policial en diciembre y la violencia en el centro de la Ciudad de Buenos Aires en la noche del 13 de Julio, cuando se perdió el partido contra Alemania en la final del Mundial.

Se trató de dos situaciones imprevistas y fuera de cálculo, que permitió emerger situaciones subyacentes no previstas.

En la huelga policial, la ausencia de fuerza pública generó una ola de saqueos, cuya novedad fue la participación de personas de clase media que no tenían necesidades básicas insatisfechas. En Córdoba, varios de ellos ofrecieron vender, vía Facebook, la mercadería que habían robado. La otra modalidad nueva que también se registró en la capital de dicha provincia fue el saqueo de domicilios particulares, que superó los 1.000. Hasta ese momento, los saqueos registrados en momentos críticos como 1989, 2001 o más recientemente a fines de 2012, en escala menor, se centraron en comercios y depósitos de alimentos y en tiendas.

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En la ciudad de Buenos Aires, en la noche del 13 de Julio, varios centenares de personas saquearon durante más de 6 horas en el centro de la ciudad, sin que la Policía (Federal y Metropolitana) fuera eficaz para contenerlos, pese a que se registraron más de un centenar de detenciones. En este caso, los protagonistas de los hechos de violencia pueden ser definidos como “pobres estructurales”, sin organización social o política alguna. El gobierno, buscando darle intencionalidad política, denunció que los saqueos habían sido organizados por barras bravas de fútbol que respondían a los dirigentes del sindicalismo opositor (Moyano y Barrionuevo), pero no pudo demostrarlo. Las barras bravas organizadas no parecen haber tenido un rol determinante en estos hechos.

En este marco, el último cuatrimestre de 2014 presenta un cuadro social difícil, en el cual el “resorte” puede volver a saltar. La combinación de inflación creciente con más recesión puede precipitar este tipo de situación. Los sectores de menores ingresos pueden verse empujados al saqueo si sufren la dificultad de alimentarse. Pero la irrupción de este problema puede precipitar otros que están contenidos, como la frustración de la clase media.

Fin de año se ha transformado en Argentina en los últimos tiempos en un momento en el cual las tensiones sociales se exacerban, en un ciclo que puede ser definido como “estacional”.

En una situación de irrupción de la violencia social, los sindicatos pueden tener cierto rol en términos de contener, pero no serán los protagonistas principales. Los Movimientos Sociales (piqueteros y cooperativas) también pueden incidir, aunque hoy no decisivamente. Las fuerzas de izquierda con fuerte presencia en los conflictos sociales pueden jugar un rol en precipitar situaciones, pero después difícilmente las controlen. Las barras bravas de fútbol son un factor que interactúa con la política.

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Pero serán los nuevos intereses para el control de la calle que han surgido con la extensión del crimen organizado y los carteles de la droga y los resentimientos acumulados, los que puedan jugar un rol más imponderable.

Fuente: http://www.nuevamayoria.com/