Semana de retrocesos para Massa y Scioli y avances de Macri – Por Carlos Tórtora

La campaña presidencial adelantada que ya se está viviendo tuvo esta semana episodios significativos. Para empezar, Sergio Massa apostó fuerte para captar votantes independientes, proponiendo que se limiten las reelecciones de intendentes y concejales bonaerenses a un solo período. Pero se equivocó en el cálculo, porque la opinión pública no pareció impactada por la idea y, en cambio, el grueso de los intendentes massistas -y varios gobernadores que pusieron sus barbas en remojo- reaccionaron en contra. Los más críticos fueron Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas), Luis Acuña (Hurlingham) y Raúl Othacehé (Merlo). La gaffe de Massa tiene que ver con su ambigua posición estratégica. Por un lado, se presenta como un proyecto renovador ajeno al PJ pero por el otro depende casi totalmente de una dirigencia netamente peronista. Es así que el tigrense vería ahora su espacio contraído por la irrupción del FAU y por la revitalización del proyecto presidencial de Mauricio Macri, que ahora se encuadra claramente en el no peronismo. Situado en una encrucijada difícil, Massa debe optar entre opciones complicadas. Si privilegia su perfil renovador, los aparatos pejotistas que lo apoyan le desconfiarían cada vez más. Y si, en cambio, peroniza su discurso, podría perder la mayor parte de sus votantes independientes.

El tropiezo del diputado tigrense fue acompañado de la discreta degradación que sufrió Daniel Scioli. La presidente y Carlos Zannini ordenaron que el congreso nacional del PJ lo designara como un vicepresidente más en un grupo junto a Florencio Randazzo, Julián Domínguez, Sergio Urribarri y Juan Manuel Urtubey, es decir, el lote de los presidenciables. El significado está claro: Scioli quedó formalmente equiparado a sus rivales internos y perdió la conducción del PJ, que ejercía como vicepresidente primero a cargo de la presidencia desde la muerte de Néstor Kirchner. Así como la presidente le negó al gobernador bonaerense la condición de primus inter pares, también fue obvio que La Cámpora, a través de la vicepresidencia cuarta, que le tocó a Eduardo Wado de Pedro, y siete secretarías más para sus miembros. Empezó a mimetizarse fuertemente con la estructura del PJ. El caso es que Scioli, igual que Massa, enfrenta dilemas cada día más difíciles. Los pronósticos de la mayor parte de los economistas coinciden en que el 2015 puede verse afectado por la estanflación que se va instalando. En ese caso, sus posibilidades de no caer en las encuestas pasarían por volver a diferenciarse de la Casa Rosada, algo que no le sería tolerado. Lo ocurrido en la reunión del consejo nacional del PJ fue todo un mensaje: la presidente no está dispuesta a ceder en lo más mínimo en la conducción de la campaña electoral, el armado de las listas y, ni siquiera, su protagonismo.

El laberinto de la corrupción

Así como esta semana Massa y Scioli tuvieron viento en contra, Mauricio Macri empezó a sacar ventajas de su estrategia multipropósito: ser por un lado el principal garante de la gobernabilidad de CFK y, por el otro, el virtual candidato a presidente del sector mayoritario de FAU, o sea, la UCR, aunque esto implique la ruptura de la alianza de centroizquierda por el lado de Pino Solanas. Se trata de un posicionamiento hoy ventajoso pero que tiene serios riesgos. Una vez más, los rigores del ajuste y del estancamiento económico hacen que la clase media vaya empeorando su humor y fijándose cada vez más en la desenfrenada corrupción oficial. En la medida en que el Jefe de Gobierno aparezca como amable y muy moderado con CFK, puede sufrir las críticas de los que promueven para una futura CONADEP de la corrupción, entre ellos el principal precandidato presidencial de la UCR, Julio Cobos. Uno de los principales voceros de Massa, el intendente de Almirante Brown Darío Giustozzi, exploró la línea del contraataque massista denunciando el pacto Macri-Cristina.

La realidad es que, a falta de un debate político y económico relevante entre la Casa Rosada y la oposición, la corrupción se va convirtiendo en el eje central de la transición. Esta semana, el fallo del juez federal Sebastián Casanello procesando por lavado de dinero a Leonardo Fariña y Federico Elaskar y evitando la misma medida para Lázaro Báez marca la velocidad de las gestiones oficiales para descomprometer judicialmente a la presidente y su entorno. De acuerdo a una versión originada en Comodoro Py, la Cámara de Casación podría dictar el sobreseimiento a favor del vicepresidente Amado Boudou en la causa en la que se lo investiga por presuntas irregularidades en el rescate de la ex empresa privada Ciccone Calcográfica, estatizada en medio del escándalo que envuelve al vice de Cristina Fernández.

La Sala 4ta del máximo tribunal penal decidió devolverle vigencia a un planteo de la defensa de Boudou contra fallos que habían rechazado un pedido de “excepción de falta de acción” en la causa, ya que considera que la imputación no se refiere a él. La misma sala fue la que, a principios de este mes, convalidó las pruebas recogidas en el marco de la investigación que tiene como principal sospechado al vicepresidente. Entre las evidencias se encuentra el testimonio de Laura Muñoz, ex mujer de Alejandro Vandenbroele, quien aseguró que éste de The Old Fund es el “testaferro” de Boudou.

El planteo del abogado de Boudou, Eduardo Durañona, fue rechazado por el juez de primera instancia Ariel Lijo, decisión que resultó confirmada por la Sala Primera de la Cámara Federal el 1/8 pasado.

La defensa de Boudou interpuso recurso de Casación para que fuera ese tribunal el que revisara el planteo pero, transcurridos los plazos procesales para ese trámite, “el recurrente no compareció a mantener el recurso de casación interpuesto”, es decir, no ratificó la decisión de apelar. El 17/10 pasado, los jueces de Casación Juan Carlos Gemignani, Gustavo Hornos y Mariano Borinsky declararon “desierto” el recurso, con lo cual el rechazo al pedido de “falta de acción” y consecuente sobreseimiento había quedado firme.

Sin embargo, la defensa de Boudou interpuso un “recurso de reposición” y contó para ello con el aval del fiscal Javier De Luca, quien consideró que “el mantenimiento de los recursos es anacrónico y violatorio de los principios de jerarquía constitucional de acceso a la justicia y de tutela judicial efectiva”.

En sintonía con ese dictamen, los jueces Borinsky y Hornos, resolvió, “teniendo especialmente en cuenta las particulares circunstancias de autos y los argumentos vertidos por el representante del Ministerio Público Fiscal… dejar sin efecto la resolución” que dejaba firme el rechazo a las aspiraciones de sobreseimiento del vicepresidente.

De esa manera, el tribunal de Casación, que por razones de procedimiento no había analizado la apelación de Boudou, ahora quedó en condiciones de hacerlo y dictar un pronunciamiento de fondo sobre el planteo de “excepción de falta de acción”. Si la decisión fuera favorable a Boudou, la causa se caería, hecho que, para minimizar sus efectos negativos, podría producirse durante el Mundial, cuando la atención pública esté concentrada en Brasil.

Como demostración de que el operativo de blanqueo judicial prosigue a toda máquina, el juez federal Rodolfo Canicoba Corral cerró el jueves pasado una causa que investigaba a Miguel Campos, el primer Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca del kirchnerismo.

Otro capítulo son los esfuerzos que realizaron en los últimos días varios operadores del gobierno para que el escándalo judicial que envuelve a Carlos Liuzzi, el segundo de Carlos Zannini, baje de nivel en los medios.

Simultáneamente, el Secretario de Justicia Julián Álvarez y su equipo trabajan aceleradamente para cubrir las 240 vacantes de jueces que restan, según acaba de reconocer el presidente del Consejo de la Magistratura Mario Fera.

En síntesis, la preocupación central del cristinismo pasa ahora por blindarse judicialmente para atravesar los tiempos difíciles que se avecinan. Pero los vientos del fracaso económico, como ya le pasara a varios gobiernos, empujan a CFK y su séquito hacia Tribunales.

Fuente: Informador Público