Jue. Abr 18th, 2024

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Macri se burla de Dios y de los hombres – Por Cosme Beccar Varela

Macri desprecia a Dios y a los hombres, porque él es despreciable. Ya no se le aguanta más. Desde que resolvió usar sus riquezas de origen dudoso para convertirse en político, previo paso por la presidencia del Club Boca Juniors (en el cual realizó una gestión desastrosa), fundó un partido o mejor dicho lo fundó el peronista Miguel Angel Toma para él (uno de los peores peronistas que hay en la ciudad y vea que ser el peor en ese contexto es mucho decir) y con su promoción hasta las náuseas por parte de la prensa («La Nación», sobre todo) consiguió ser elegido Intendente (alias «jefe de gobierno») de Buenos Aires.

Desde ese momento se ha dedicado a las siguientes tareas y en el siguiente orden.

1) Ofender a Dios mediante la implantación del homononio, la autorización a los homosexuales coyungados para adoptar niños (monstruosidad incalificable) a una de cuyas ceremonias en el Registro Civil asistió como prueba de apoyo infame, su cómplice Rodriguez Larreta; la orden dada a todos los Hospitales municipales de practicar abortos, es decir, asesinatos de niños por nacer, mediante la mera solicitud de la genitora, aunque fuera menor; poner en la red un sitio obsceno que enseña a los adolescentes como prostituirse («chau tabú»); promover la promiscuidad sexual entre esos mismos adolescentes proveyendo anticonceptivos, etc. etc. etc.

Y como si esto fuera poco, se dedica a dar el mal ejemplo de su vida privada tachonada de mujeres sucesivas, todas ilegítimas excepto tal vez la primera. Eso es lo que hace público con total desvergüenza; de lo que no publica, no sé ni me interesa.

2) Proveerse de una fuerza armada a su servicio que denomina «Policía Metropolitana» cuya única tarea hasta el momento es molestar a los automovilistas aplicando reglas ridículas de la circulación, hacer multas gigantescas por infracciones de diversa índole, auxiliada por sistemas de espionaje fotográfico; proteger a los piqueteros cortando el tráfico de calles y avenidas para facilitarles la tarea. ¡Y gasta en esa patota uniformada de amarillo una fortuna!

3) Cambiar la fisonomía de la otrora famosa «Paris de Sudamérica» (con perdón de la notoria exageración del calificativo) como si fuera el dueño de la ciudad y no un  mero custodio del orden, la limpieza y la seguridad de ella.  Rompió casi todas las calles del centro de la ciudad y las repavimentó con la excusa de hacerlas «peatonales». ¿No era suficiente declararlas «peatonales» en vez de gastar una fortuna en esas obras que no terminan nunca y están mal hechas? No, no era suficiente porque sin esas obras no se podía robar al erario municipal con sobreprecios y demás canonjías… Ahora es imposible transitar por el «microcentro», a no ser, obviando el carácter peatonal del engendro «macrista». Por lo menos ha tenido el buen criterio de no poner multas (por ahora) a los pobres tipos que tienen «garages» en esas calles o no tienen otra opción que cruzarlas so pena de quedar atrapados por tiempo indefinido en un piquete o en una obra obstrusiva.

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Sin embargo, no creo que la intención de Macri al concebir ese faraónico emprendimiento haya sido facilitar la caminata de los porteños. No, sospecho firmemente que el objetivo ha sido impedir la circulación vehicular y jorobar así a todo el mundo, ya que cada obra en vez de terminar en un plazo razonable, tarda meses y meses sin razón alguna, sin que se vean obreros en la obra y sin que se levanten las muchas vallas que protegen las obras inexistentes. La Avda. Córdoba es un caso típico de este dislate. Hace meses que su ya escasa anchura se ve reducida por vallas y depósitos de materiales sin que se vea trabajo alguno, con lo cual, la única calle que va al Oeste es un atolladero difícil de trasponer.

A eso hay que agregar las «bicisendas» que ha reservado para los 10 ciclistas que las recorren en una hora, mientras los autos y taxis deben marchar a paso de hombre (no de bicicleta) porque, además, a Macri no le importa que los proveedores de los comercios de esas zonas estacionen a la derecha enangostando aún más las estranguladas arterias.

Los «basureros» negros que puso Macri por todos lados, en vez de ponerlos sobre las veredas, los puso sobre las calles con lo cual se estrangula aún más la circulación vehicular.

Todo esto sumado permite sospechar o que lo hace a propósito para convertir Buenos Aires en un infierno o es una idiota que no se da cuenta de lo que hace ni controla a sus «ñoquis» que lo hacen.

Para colmo de caradurismo se ha atrevido a publicar hoy un aviso pago en todos los diarios que dice así:

“Gente que trabaja la para la gente. …¡Qué lindo es trabajar cuando trabajás para que los demás estén mejor…” etc. etc. etc.”

Sus empleados (tiene miles) no trabajan para la gente. No trabajan. Punto. Y su apariencia de trabajo no termina nunca puesto que sólo se trata de molestar a la gente y en ningún caso «trabajar para la gente».

4) Para pagar todo este derroche, ha aumentado los impuestos y las multas en forma sideral. Buenos Aires se ha convertido en la cueva de Alí Babá y los 40 ladrones. Si a eso se suma lo que roba el gobierno nacional, la cosa es infernal.

5) Para completar el cuadro del desquicio, Macri permite todos los «piquetes» a los cuales se les ocurra cortar una calle armados con palos y enmascarados, es decir, cometiendo por lo menos cuatro delitos en concurso real cada vez que lo hacen. Inclusive les asegura la efectividad del corte haciendo que su «Policía Metropolitana» impida a los automovilistas acercarse a los piquetes cortando las calles afectadas, por lo cual comete otro delito que es el de «incumplimiento de los deberes del funcionario público».

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6) Fomentar las «villas miseria», instaladas sobre terrenos usurpados, que sirven de «aguantadero» a toda clase de delincuentes, construyéndoles calles pavimentadas y cloacas, dándoles electricidad y toda clase de garantías de que esas usurpaciones no serán reprimidas. Hay casas en algunas de esas «villas», por ejemplo, en la «villa 31» que está en Retiro, que tienen cuatro pisos, antenas de TV satelital y, por supuesto, no pagan ningún impuesto. Demagogia vil y complicidad con la delincuencia que usa las «villas» como «cuartel» a partir del cual parten los delincuentes a cometer sus fechorías para volver después a ellas con su botín, a salvo de la Policía. Para no mencionar el tráfico de drogas que allí se hace libremente.

7) Cortar totalmente avenidas importantes para que un conjunto de «rock», de «maratonistas», ciclistas y otra clase de atletas, las usen en forma exclusiva, impidiento a los demás ciudadanos (que son el 99% restante) usarlas para ir adonde quieran. Es que la libertad de transitar a Macri no le importa nada. Hoy, sin ir más lejos, se anuncia que cortará un tramo de la Avda. Libertador (o sea toda ella, en la práctica) desde las 10 de la noche de hoy miercoles hasta las 8 de la mañana del Domingo (o sea, 4 días) para que «Martina Stoessel, con su personaje Violetta» brinde «un recital libre y gratuito» («La Nación», 30/4/2014, pag. 21). ¿Quién es Marina Stoessel para concederle ese privilegio intolerable y quién es Macri para burlarse así del resto de los 2.500.000 habitantes de Buenos Aires? Y esa clase de cortes ocurren casi todos los fines de semana convirtiendo la salida de Buenos Aires en un laberinto lento e inescrutable.

8) Parquizar algunas plazas, las que ven las «clases cultas» que lo votan y dejar que el resto las usurpen toda clase de vagos y maleantes.

7) Vestirse como un reo, él y sus cómplices de la Intendencia, imitando al minúsculo Kicilloff. Jamás usa corbata y se cree que con eso «se acerca al pueblo». Lo malo es que con eso fomenta la proletarización general y eso no porque le guste el proletariado ya que se la pasa en Punta del Este y tiene toda clase de servicios personales lujosos, sino porque es un ordinario incorregible.

8) Casi no aparece por la Intendencia. O sea, es un vago y un irresponsable.

¿Y este individuo es el «Opositor» con mayúscula que las «clases cultas» pretenden promover como alternativa frente a la tiranía corrupta, inepta y pro-comunista? ¡Dios nos libre! Pero si eso es así es porque los «buenos patriotas» no hacemos nada para impedirlo.

Fuente: www.labotellaalmar.com.ar