Últimas noticias desde Venezuela informan que ya suman 74 los muertos en ese país, en su gran mayoría jóvenes.
Es decir, hombres y mujeres que fueron asesinados por el régimen del neo marxista Maduro. El mono con navaja, felpudo de Chávez, un autentico idiota que se encontró con un poder absoluto, con el que no sabe que hacer.
Aunque algo si sabe, sabe asesinar.
Visto en perspectiva, bien podemos decir que asesinar es lo mejor que ha hecho el marxismo desde siempre, desde Stalin, Kruschev, el Che, Pol Pot, los Castro, Mao, etc. etc.
Es lo mejor y casi lo único, además de hambrear, esclavizar y sojuzgar pueblos enteros.
Bergoglio el artífice de la paz mundial, se reunió con él varias veces, y hablaron vaya uno a saber de que, porque detrás de esos encuentros el desastre venezolano se agudizó hasta lo indescriptible y después envió una misión negociadora, que fracasó en toda la línea por las supuestas simpatías de los enviados con el régimen.
Hace pocos días el dirigente Capriles declaró que le llamaba la atención la mudez del vaticano.
Y razón no le faltaba.
Tiene algo o mucho de inquietante el silencio vaticano ante ciertos crímenes y más aún sobre los actos terroristas aún tratándose de los que tienen como objetivo central a los cristianos de oriente.
Es llamativo que para nombrarlos utilice la expresión actos de violencia en lugar de llamarlos por su verdadero nombre: crímenes terroristas.
Por alguna razón desconocida – o no tanto – los desastres sociales y los crímenes de los regímenes marxistas, en general gozan de una adecuada protección en los organismos internacionales que, cuando al fin los condenan lo hacen en voz bien baja como para no molestar.
Aún para que el parlamento argentino se pronuncie sobre la criminalidad del régimen chavista, asistimos a una especie de callado parto de los montes.
Una colega venezolana radicada en el país, recién llegada de un viaje a Caracas, me informaba que hasta abril y según los informes sanitarios ya sumaban 19 los chicos muertos por desnutrición en la Venezuela progre y socialista.
No tenemos noticias actuales del vaticano, porque ni Vera, ni Rubín, ni Barrios, es decir los voceros de Bergoglio informaron al respecto, y tal vez por eso desconozcamos si el Papa ha enviado medallas o rosarios o ha llamado a las madres de algunos de esos 19 chicos como para que tengan algo en que sostenerse.
Es probable que si no lo hizo con ellos, absolutamente ajenos a la política, menos aún lo haga con los 74 jóvenes muertos por oponerse al régimen del socialismo trasnochado y perverso de Maduro.
Es raro ese silencio, sobre todo para uno fácilmente comunicativo y hablador, y más raro todavía porque a nadie se le puede escapar que, para quien atraviesa semejante dolor, la palabra, el consuelo, la preocupación del Papa hubiera sido medicina preciosa para sus corazones. Es fácil sospechar que la estarían esperando como se anhelan al agua y el aire. Un gesto sin demagogia, de genuina misericordia.
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