Vie. Mar 29th, 2024

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Hay que desinflar el «globo» de Macri – Por Cosme Beccar Varela

Cada día está más claro que el sucesor de la usurpadora Kirchner, designado por el «think tank» que la dirige, es Macri. La prueba de eso es la propaganda que le hace «La Nación» continuamente y, si ese diario lo hace, es porque sabe y quiere que se cumplan los deseos de la tiranía a la cual sirve de una manera indirecta pero endiabladamente astuta.

Ahora han hecho un gran estruendo publicitario en torno al resultado de las elecciones en Marcos Juarez, un partido de la Provincia de Córdoba con 27.000 habitantes, de los cuales 22.300 son electores pero votaron sólo 16.765 (o sea, hubo un 25% de abstención), de los cuales el candidato vencedor sacó 6.115 votos, si hemos de creerle al «voto electrónico» que se usó para el caso («La Nación», 8/9/2014 y «Clarín», 8/9/14, pag. 6).

Empecemos por recordar que el sistema electrónico, como ya he dicho varias veces en este periódico, es eminentemente falsificable. Basta un programa trucado y un botón para que el resultado sea el que quiere quien controle los cómputos. Esto es doblemente así en el caso de que el voto mismo sea mediante un sistema electrónico, como se hace en Venezuela desde hace diez años dando como «resultado» el triunfo invariable del «chavismo».

Luego, hay que mencionar que el candidato «victorioso», Pedro Dellarossa, se hizo del PRO muy poco antes de la elección. Antes de eso era peronista militante («La Nación», loc. cit.). O sea, como siempre, Macri no es otra cosa que una carta del peronismo, con otro nombre. Este nuevo intendente de Marcos Juarez se puso la camiseta del PRO porque olfatea (o le han dicho) cual es el rumbo que ha decidido tomar la secta que todo lo puede.

Además, hay que considerar que la Provincia de Córdoba ha sido siempre un bastión del radicalismo. Han elegido gobernador varias veces y muchas de las intendencias de la Provincia están en manos del radicalismo. Macri se alió con el radicalismo, con lo cual agregaba un apoyo importante.

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Consecuentemente, no ha sido un triunfo de Macri y mucho menos una elección en un pequeño pueblo cordobés, en el que recibió (supuestamente, y fraude electrónico de por medio) 6.115 votos puede servir como una indicación de «tendencia» para la elección presidencial del 2015. Sin embargo, los entusiastas rentados gritaban: «¡Se siente, se siente, Mauricio Presidente!».

Desgraciadamente los inventores de este esperpento corren con ventaja: la que les da la estupidez empecinada de las «clases cultas» del país, empezando por las que habitan en el Barrio Norte y análogos. Esta gente no tiene moral. No se acuerda que el gobierno de Macri en Buenos Aires fue el primero que implantó el «homonomio» (o sea, el supuesto «matrimonio» entre dos homosexuales) y les autorizó a adoptar niños; que aprobó una ley de «salud reproductiva» con métodos anticonceptivos y aborto incluidos; que tiene un sitio en Internet que se llama «¡chau tabú!» que les enseña a los jóvenes cómo fornicar y como cometer pecado contra natura sin riesgos de salud ni de embarazo; que destruyó la Ciudad de Buenos Aires autorizando «villas miserias» en todas partes, dotándolas de toda clase de comodidades, abstracción hecha de que son usurpadores y que en ellas se refugian y planean sus delitos la mayor parte de los ladrones y asesinos que acosan la ciudad y sus alrededores; que acribilla con impuestos y multas a los infelices habitantes y visitantes de la Ciudad; que dijo de sí mismo hace unos meses: «¡Cada día soy más peronista»; que su partido fue armado por el peor peronista de Buenos Aires, Miguel Angel Toma, jefe del SIDE en tiempos de Menem; que, además, es adúltero público (va por la cuarta mujer); que hizo votar a su cómplice Pinedo en favor de la ley que declara símbolo nacional el pañuelo blanco de las madres de plaza mayo; que apoyó la entrega de la Escuela de Mecánica de la Armada al kircherismo para hacer de ella un museo del terrorismo comunista y montonero de los años 70; que casi todos los fines de semana convierte a Buenos Aires, por pura demagogia, en una pista de carreras para 20.000 pedestres impidiendo la libre circulación de los demás 2.000.000 de habitantes de la Ciudad; que pone multas de tránsito confiscatorias cuando, en cambio, ni impide que una veintena de «piqueteros» corten importantes avenidas, cometiendo con eso cinco delitos en concurso real,  etc. etc. etc.

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En resumen: si aceptan a Macri como alternativa de la usurpadora Kirchner, sepan que están cometiendo una traición (la enésima) contra la Patria. Macri no deber ser Presidente, debería estar preso por incumplimiento de sus deberes de funcionario público, por tirano, por inútil (lo cual viola el art. 253, 2do. párrafo del Código Penal) y por sospechas de malversación de fondos, tal es la cantidad de obras innecesarias y absurdas que ha hecho y deshecho en la ciudad, sin terminar nunca de desarmas los «obradores» con los cuales interrumpe el tráfico, por ejemplo, el de la Avda. Córdoba.

El otro candidato es Kiciloff, que en algún sentido es peor que Macri, porque es marxista, pero que tiene menos «prensa» y menos aceptación en las «clases cultas» del Barrio Norte y similares, por lo cual es menos probable que sea propuesto. Pero como en este país, siempre sucede lo peor, no hay que descuidarse. En todo caso, Macri puede nombrarlo ministro de economía, que es lo que Kiciloff quiere, de manera que el peligro de Macri es doble. Además, Macri podría ser marxista si le conviniera, así como es peronista, que es marxismo «nacional».

Fuente: http://www.labotellaalmar.com.ar/