Vie. Abr 19th, 2024

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Florencia Kirchner, la medicina cubana como tapadera. Por Ariel Corbat

Leer el Granma, órgano de propaganda de la dictadura castrista, es en ocasiones sumamente divertido.
Por caso, la nota que dedica a la vuelta al país de Cristina Fernández dando la versión oficial del motivo por el cual viajó a la isla. Entre los posteos en Twitter de la vicepresidente y el artículo del diario del Comité Central del Partido Comunista Cubano se busca vender otro éxito de la medicina cubana; la misma medicina denunciada como un fraude por Hilda Molina y utilizada como tapadera para operaciones de infiltración castrista en distintos países de la región, incluyendo (ostensiblemente) a la Argentina a través de la «Propuesta Tatú«.
Y esa versión oficial de la historieta habla de una pobre joven que, enfermando a causa de ser víctima de la persecución mediática y judicial en la Argentina, fue salvada según el cuento de Cristina Fernández por «esta Cuba solidaria, castigada por los poderosos pero digna y altiva».
El elogio de la dictadura que hace más de medio siglo oprime a los cubanos cercenando todas sus libertades, es más que elocuente para entender que el kirchnerismo es la fase final de la infiltración comunista al peronismo. Y sigue al agradecer a la tiranía «que le tendió su mano a mi hija sin especulaciones y que la cuidó y protegió cuando la feroz persecución mediática y judicial dañó severamente su salud».
Luego hay otra cuestión que es la importante capacidad médica de la Argentina, lo que resta credibilidad a la vicepresidente Fernández cuando ensalza: «esa Cuba de médicos y médicas que ejercen su vocación con compromiso, con un criterio profundamente humanista y que con diagnóstico preciso, por primera vez, le brindaron a Flor las herramientas que necesitan aquellos y aquellas que han perdido su salud». Nuestros médicos, a juicio de quien gobernó el país 8 años, no están a la altura de las dolencias que el supuesto «lawfare» causó a su hija.
Ahora bien, la versión oficial será repetida hasta el cansancio. Omitiendo que en el contexto de restricciones mundiales por la pandemia del coronavirus, la vuelta al país de Florencia Kirchner confirma que Cristina Fernández no viajó a Cuba por motivos particulares: No es una niña la que recibió el alta para que la tenga que ir a buscar la madre…
Finalmente, vuelve a mentir Cristina Fernández cuando afirma que Cuba no es un país de riesgo (ya tiene un muerto y varios casos confirmados). El riesgo existe en Cuba porque, si bien la tiranía cubana impide escapar a su población del «paraíso socialista», es un destino turístico en el que los extranjeros disfrutan la esclavitud de los nativos. Eso sí, Cristina Fernández yendo y viniendo dice querer mucho a los argentinos y nos recomienda cuidarnos respetando el aislamiento preventivo. Otra joya de su cinismo político.
Cristina Fernández fue a Cuba para recibir instrucciones de contingencia, porque la suma de Covid-19, crisis económica y gobernabilidad exige ajustes al desarrollo del plan de gobierno. Ah, sí. No se sorprenda al leer: aunque no lo parezca el gobierno de Alberto de la Fernández sigue un plan. Y el plan, diseñado en La Habana, es Argenzuela.
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