Mar. Abr 16th, 2024

Prensa Republicana

Con las ideas derechas

Del color del mar. Por Miguel De Lorenzo

A veces no era más que un remolino breve,  una  espada estrecha y  negra  entremetiéndose en el mar.

El mar lo dejaba hacer y recorrer los tenebrosos abismos como un gigante  entre dormido y distraído

Pero hoy la muerte se deslizó entre las aguas oscuras acechando, golpeando fieramente al San Juan.

Había marinos abordo, había argentinos  hombres y mujeres que eligieron el arduo destino de cuidar la patria en la profundidad del mar.

Hay quienes dicen que esos marinos están muertos

Hay quienes dicen que a esas profundidades de asombro ningún hombre puede sobrevivir.

Hay quienes dicen y dicen olvidando que esos marineros no son de la especie común y corriente

Hay quienes buscan primicias o raiting en sitios donde hay mucho dolor de patria herida.

Hay quienes acusan de no haber proveído de recursos seguros a las armas y tienen razón aunque suelen ser los mismos que exigían y festejaban el desmantelamiento de nuestros ejércitos.

Hay quienes ignoran la comunión que se da entre los que viven las mismas privaciones y los mismos peligros, sobre todo si lo hacen a la vista de un amor más grande que todos ellos.

Hay quienes escriben, 44 menos,  en algunas paredes de la plaza de mayo. O sea hay argentinos a los que apenas de les podría reconocer su condición humana. Demostrando lo corta que suele ser la distancia entre lo humano y el envilecimiento absoluto.

El codicioso mar mientras tanto, sediento de grandeza,  los retuvo en algun lugar tan profundo y extraño como la vida.

Ahora son parte definitiva de ese territorio submarino y nuestro, de ese mundo de extraño e irregular color, “del color del  mar”.

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Los argentinos amantes de la verdad los hemos incorporado al lugar más justo y más digno de la historia patria,  los ubicamos en el exacto sitio de los héroes porque contra viento y marea fueron hasta el final, cargados de misión y de destino.

Lo ganaron por valentía propia, por la atrevida osadía de defender a a la patria desde la frágil, desde la inquietante  estructura de un submarino carcomido por la corrupción, esa pudrición del alma llamada corrupción que una y otra vez vuelve a matar argentinos.

Estos 44 compatriotas no celebrarán esta Nochebuena con sus familias y amigos, pero, como no sospechar que Stella Maris, la Virgen Madre que bien sabe de dolores,  habrá vuelto la mirada hacia sus hijos marineros y al oido del Niño que acaba de nacer murmurara dulcementeme aquél: sálvalos, estremecido de misericordia.