Jue. Mar 28th, 2024

Prensa Republicana

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Crecimiento de activismo pro vida alarma a anticatólicos

El éxito de la multitudinaria Marcha por la Vida realizada el 22 de marzo en Lima, así como las manifestaciones análogas en otras ciudades de nuestra nación, inquieta a sectores adversos al catolicismo. Desde días antes, miembros de esos grupos ya manifestaban su alarma e impotencia ante el notorio crecimiento del movimiento pro vida peruano, que sigue en esto una tendencia mundial. Y como siempre, aprovecharon para lanzar ataques a la Iglesia Católica.

Por la prensa y por Internet, periodistas, activistas de fantasiosos “derechos sexuales”, blogueros de la caviarosfera, etc., se lanzaron a desacreditar la Marcha, difamar al Arzobispo de Lima, “denunciar” oscuras tramas por detrás de la convocatoria y “alertar” a los ciudadanos de que estarían siendo engañados y manipulados por la Iglesia [1].

Una muestra cabal de esa táctica es un artículo de la periodista Patricia del Río en “El Comercio”, que pretende “analizar” las motivaciones de la Marcha por la Vida, pero carece de la mínima objetividad requerida para ser llamado análisis, y no pasa de un tropel de diatribas y falsedades.

La parcialidad anticatólica se muestra ya desde el título: Dictadura de la fe [2], y en la afirmación de que los grupos católicos que defienden al no nacido “no admiten ninguna reflexión sobre los intereses o problemas de la mujer embarazada”. Clamorosamente falso.

A esto sigue la “acusación” —en realidad muy honrosa— a los pro vida: “Para ellos el niño que está por nacer es más importante que cualquier problema, angustia, proyecto o interés de la mujer”. ¡Claro que sí! ¿Acaso la vida de un ser humano no es sagrada? ¿No vale más que “cualquier problema” personal? ¿Qué madre verdadera no pone la defensa de la vida de su hijo por encima de sus propios “problemas, proyectos o intereses”?

Ocurre que el “problema” a que alude del Río es que, al hijo concebido, la madre “tendrá que llevarlo en el vientre por nueve meses, y que tendrá que cuidarlo el resto de su vida”…; o sea, cumplir su deber de madre, ¡ése es el “problema”!

Entonces, para zafarse de él, ¿podría la madre eliminar al hijo? – Así parece, pues para la periodista, priorizar la vida del niño en gestación es una postura “extrema, es radical”. Por tanto, para evitar extremismos y radicalismos, que se asesine pues al niño…

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Enseguida insiste en que la posición católica de los organizadores de la Marcha hace que “nunca piensen en la madre”. Calumnia delirante: ¿Y las incontables organizaciones católicas que cuidan a madres en dificultades? ¿Por qué la periodista no se acerca a la Iglesia a investigar bien el tema —como sería propio de un periodismo honesto—, en vez de lanzarse a injuriarla desde la comodidad de su escritorio?

Del Río embiste también contra el Estado peruano, al que acusa de no reconocer el supuesto “derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo”, o sea de abortar. Pero sucede que el niño por nacer es un ser humano distinto de la madre; huésped transitorio de su cuerpo, pero que ya no forma parte de él, no es un órgano de la madre.

Y además, si el Estado peruano defiende al no nacido, es porque cumple con el deber inherente a cualquier Estado de proteger la vida de sus ciudadanos desde la concepción hasta la muerte natural.

Lo que más parece ofuscar a esta periodista es que para cumplir ese deber el Estado peruano “se pliegue a la posición de una religión que desprecia a las mujeres y las considera seres inferiores”. Otra grosera injuria: ¡Defender al hijo no es despreciar a la madre! Es universalmente reconocido que la Iglesia elevó la situación de la mujer a la dignidad que le corresponde, sacándola del secular rebajamiento que sufría (y aún sufre) en las civilizaciones y religiones paganas. Si Patricia del Rio ignora esto, haría bien en informarse de lo que dicen al respecto los historiadores serios.

Y de paso vea hasta qué alturas la Iglesia exalta y glorifica a una mujer, la Virgen María, por encima de todos los hombres, en consonancia con lo que la misma Virgen canta en el Magnificat; considere además la legión de mujeres de toda condición, religiosas o no, canonizadas o no, que tuvieron enorme destaque e influencia en la Iglesia y la Cristiandad; desde Emperatrices y Reinas hasta humildes domésticas: la lista es verdaderamente inagotable.

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Al final de su diatriba, Patricia del Río revela por qué se lanza así contra la Iglesia: es que no puede “soportar” las enseñanzas de “esa institución que cree que el sexo es pecado”. Otra generalización sin sustento: ¿entonces las uniones matrimoniales son pecado? Cualquiera sabe que predicar la castidad, como lo hace la moral católica, no es considerar pecado el acto sexual en en sí, sino su uso desordenado.

* * *

Felizmente la población limeña ignoró este y otros ataques a la Marcha por la Vida y acudió en masa a expresar su rechazo al crimen de aborto.

Realmente sorprende el ínfimo nivel intelectual y periodístico de este artículo (y muchos semejantes). Se diría que para atacar a la Iglesia todo vale: la injuria, la calumnia, la bajeza… menos la verdad. Por eso nos atrevemos a recomendarle a la autora: escriba con conocimiento de causa, o entonces mejor no escriba, pues artículos de ese jaez sólo revelan una deplorable ignorancia o un irreprimible afán de agraviar, o ambas cosas a la vez, y por sí solos la descalifican como periodista.


[1] Quienes atacaron la Marcha se presentan habitualmente como paladines de la “tolerancia”. Aquí algunos ejemplos de cómo la practican con los católicos:
La Marcha por la Vida “promueve el odio, la discriminación y la injusticia y NO la vida” (Promsex – Centro de Promocion y Defensa de Derechos Sexuales y Reproductivos, en Facebook) ; los asistentes “están siendo manipulados” por la“jerarquía conservadora” cuya intención real es “controlar los cuerpos de las mujeres” (Jorge Frisancho, en LaMula.pe); “Un evento clasista, misógino y lucrativo”que se debe “repudiar” (Milagros Olivera Noriega, en LaMula.pe); “veremos en las calles a la maldad personificada”… “seguramente un tercio de las mujeres que irán a la Marcha por la Vida habrá abortado, pero así son de hipócritas estos” (Verónica Ferrari, dirigente del MHOL). Y la lista es larga…

Fuente: http://www.tradicionyaccion.org.pe/