Vie. Abr 19th, 2024

Prensa Republicana

Con las ideas derechas

A la sombra de la expiación, la demencia y la orfandad en razón de cuestionar la celebración del día de la Hispanidad y el Descubrimiento de América. Por Juan Etchebarne Gainza 

Esto le respondí al “profesor” Esteban Dómina en su crítica furibunda hacia la Conquista Española de América:

Vamos a ponerle un tinte de corrección y VERACIDAD a su escrito en el cual brilla por su ausencia la objetividad, la ecuanimidad y la cordura.

Para empezar en TODA conquista de la historia humana existen y existirán las masacres humanas y no por ello se cometerá un absolutismo de denostar por completo al conquistador…en el caso del emperador Julio César (oriundo de donde es su apellido) a nadie en su sano juicio se le ocurre tildarlo de “genocida” pese a haber exterminado al pueblo galo (mujeres y niños incluso) y a su jefe Vercingetorix en la Batalla de Alesia, conquistando, así, Roma las Galias Cisalpina y Transalpina (Francia). Tampoco se lo conoce con el mote de “genocida” al emperador Carlomagno del Sacro Imperio Romano-Germánico después de haber arrasado en su conquista a los teutones por completo en los bosques de Teutoburgo, porque aquellos se resistieron a abandonar la religión rúnica pagana sin querer abrazar el Catolicismo y fueron exterminados simbólicamente como revancha a la humillante victoria que obtuvo Arminio o Hermann sobre la antigua Roma. ¿Alguien ha sentido acaso que China o países del Este europeo le demanden “perdón” a Mongolia porque Genghis Kahn en su conquista total aniquiló a media humanidad de su tiempo y usurpó el trono del emperador chino en Beijing? Ni que hablar de Gran Bretaña en su afán por conquistar y someter a todos sus vecinos (irlandeses, escoceses y galeses) cometiendo los más ruines y aberrantes exterminios como el incendio nocturno de Edimburgo y la reducción a servidumbre de las jóvenes irlandesas durante tres siglos (1600-1700-1800), las cuales eran raptadas de sus hogares, enviadas al Caribe y compulsivamente violadas por esclavos africanos para obtener el “Black Irish” como mano de obra genéticamente más sofisticada. Y fueron los descendientes de aquellos súbditos británicos en Estados Unidos, quienes a las órdenes del General William Tecumseh Sherman, durante el verano, cazaron a todas las manadas de búfalos para que los indios Sioux no pudieran abrigarse con sus pieles (hay fotos de Sherman parado sobre la cresta de una pirámide de cráneos de búfalo) y luego les entregaron mantas y frazadas infectadas a propósito con cepas de viruela y, así, diezmaron y conquistaron a esta tribu (un hecho así de impío y atroz jamás sucedió en toda la Conquista Española). Y ¿alguien llama a “genocida” a Sherman e Inglaterra? ¡No! Se la agarran de lleno entonces con la ¡¡Madre Patria España!!

Ello sucede por la “leyenda negra” que Gran Bretaña ha impuesto culturalmente para el logro de sus intereses masónicos…defenestrar toda empresa, epopeya, gesta, proeza y gloria del Catolicismo o de una nación Católica (España en este caso), no por nada al “Medioevo” que fue el cenit de la civilización cristiana, los ingleses, lo tildan injustificadamente de “oscurantismo” (“dark ages”), nada más alejado de la realidad.

Pero vayamos a la cuestión…los Reyes Católicos no “fletaron” nada, Sr. Dómina, fue Isabel de Castilla quien costeó (ella sola) la noble empresa del Almirante Colón en miras a buscar nuevas rutas económicas que mejorasen la situación financiera del Reino, que estaba agobiado por 300 años de guerra durante la “Reconquista” contra los moros del Califato Nazarí.

Luego del descubrimiento y del conocimiento de los indígenas que trajo a España Colón, la Reina Isabel única propietaria de las recién descubiertas “Indias Occidentales” o “Íberoindias” puso especial celo en qué se evangelizase y tratase dignamente a los indígenas paganos que se hallaran. Esta fue una postura que la monarca mantuvo hasta el fin de sus días, su propio testamento testimonia, en su última voluntad, la preocupación por no esclavizar y proteger a los indios (no son “pueblos originarios” que es un concepto de tinte marxista e inexacto porque son originales de Asia los bien denominados “indígenas” o “nativoamericanos”), hablando de aquellos “sus súbditos” -no esclavos- con una ternura y compromiso que conmueven, y es entonces por ello que está en trámite la causa para la santidad de la Reina Isabel La Católica (aún no aprobada solo por razones de “corrección” política e ideología arbitrarias).

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Mismo trato en dignidad recibieron los indígenas por parte de su nieto el Emperador Don Carlos I de España y V de Alemania. Quien dispuso que a todas las castas nobles de la “Casa Imperial Inkaika”, descendientes de Huayna Capac y Mamá Oello, se les equiparasen sus títulos originales Inkaikos al mismo grado estamentario y nobiliario que los títulos más prestigiosos del Imperio Español que fueron los “Grandes de España” y se les concedió a cada miembro de la Casa Imperial Inkaika blasón y armorial que perduran hasta ¡hoy! En cambio en la Polinesia “francesa” los descendientes de la conquistada Reina tahitiana Pomaré, están trabajando de meseros o masajistas al servicio del turista proletario sin ninguna distinción ni reconocimiento ancestral…(nadie habla tampoco de las masacres y abusos que allí sí cometieron los franceses “adalides de los DD.HH.”).

Y veamos entonces qué le dejó la Madre España a la actual América Criolla o Criolloamérica (erróneamente tildada de “latina” por la historiografía masona francesa y por el argentino Juan Bautista Alberdi que, influenciado por Francia, acuñó ese concepto erróneo porque los criollos no somos latinoparlantes ni nacimos en el Palatinado Romano de donde es el auténtico pueblo Latino):

Cientos de ciudades prósperas y majestuosas por todo el continente (muchas “patrimonio cultural de la humanidad” por la UNESCO). Veinticinco (25) universidades: 1- Real y Pontificia Universidad de San Marcos 1551 (Lima, Perú) 2- Real y Pontificia Universidad de México 1551 (Méjico D.F.) 3- Real y Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino 1558 (Santo Domingo, República Dominicana) 4- Real y Pontificia Universidad de Santiago de la Paz y de Gorjón 1558 (Santo Domingo, República Dominicana) 5- Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino 1580 (Bogotá, Colombia) 6- Universidad de San Fulgencio 1603 (Quito, Ecuador) 7- Pontificia Universidad de San Ildefonso 1608 (Lima, Perú) 8- Universidad de Córdoba 1621 (Argentina) 9- Pontificia Universidad de San Ignacio de Loyola 1621 (Cuzco, Perú) 10- Pontificia de San Francisco Javier 1621 (Bogotá, Colombia) 11- Real y Pontificia Universidad de San Gregorio Magno 1622 (Quito, Ecuador) 12- Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino 1622 (Santiago de Chile, Chile) 13- Real y Pontificia Universidad de Mérida 1624 (Yucatán, Méjico) 14- Real y Pontificia Universidad de San Francisco Xavier  1624 (Sucre, Bolivia) 15- Universidad Pontificia Colegio Máximo de San Miguel 1625 (Santiago de Chile, Chile) 16-  Real Universidad de San Carlos Borromeo 1676 (Guatemala) 17- Universidad de San Cristóbal 1677 (Huamanga, Perú) 18- Real y Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino 1681 (Quito, Ecuador) 19- Real Universidad de San Antonio Abad 1692 (Cuzco, Perú) 20-  Universidad de San Jerónimo 1721 (La Habana, Cuba) 21- Real Universidad de Santa Rosa 1721 (Caracas, Venezuela) 22- Universidad Pencopolitana  1724 (Concepción, Chile) 23-   Real Universidad de San Felipe  1738 (Santiago de Chile, Chile) 24- Real Universidad Pública Santo Tomás de Quito 1786 (Ecuador) 25- Real y Pontificia Universidad de Guadalajara  1792 (Méjico), que brindaron acceso sin distinción de raza o clase (cosa que no ocurrió JAMÁS en la historia de una nación conquistada). En el Virreinato del Río de la Plata solamente se crearon dos de estas universidades: la de Córdoba y la de “San Francisco Xavier” en Chuquisaca (hoy Sucre en Bolivia), sacando del analfabetismo a miles de indígenas o criollos.

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La obra evangelizadora española que brindó el cese de millares de cruentos sacrificios inhumanos y antropofagia o canibalismos, y, a cambio, produjo santos y beatos como el indiecito guadalupano Juan Diego, “Mamantula”, San Roque González de Santacruz, San Francisco Solano y hasta el hijo del cacique Ceferino Namuncurá. Se crearon por toda América Hispana escuelas de artes y oficios para indígenas de exquisita artesanía: así nació el Arte Cuzqueño, la platería potosina, las platerías “pampa” (indígena) y criolla, las alfombras de bordo cordobesas, la música chiquitana y guaranítica de sublime interpretación hasta nuestros días en el bianual festival de la Chiquitanía (Bolivia).

España nos dejó su escuela de equitación andaluza y de ganadería extremeña, gracias a ello surgieron los estereotipos del “gaucho” o “paisano” (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), del “charro” (Méjico), del “roto” y “huaso” (Chile), del “chalán” y “gorilazo” (Perú), del “chapaco” tarijeño (Bolivia), del “llanero” (Colombia y Venezuela), del “Chagra” (Ecuador) y hasta del “cowboy” (USA y Canadá) influenciado por esta doctrina ecuestre. Y asimismo nuestras razas equinas: el Caballo Criollo, el de Polo y de Silla Argentino (Argentina), el Quarter Horse, el Appaloosa, el Mustang, el Palomino Horse,  el Banker, el Albino, el Choctaw, el Florida Cracker, el Indio Americano, el Mustang de Cerbat, el Nokota, el Trotador Americano, el American Cream Draft, el American Paint, el Wakaloosa, el Tennessee Walking Horse, el Rocky Mountain Horse, el Missouri Fox Trotter, el Morgan y American Saddlebred y el Buckskin (USA) y el pasuco o de paso peruano (Perú), el Tobiano, el Campolina, el Mangalarga Marchador y el Pantaneiro (Brasil), el Galiceño, el Silla Mejicano y el Azteca (Méjico), el Canadian Rustic Pony, el Canadian Fremch Horse, el Lac Lacroix Indian Pony y el Sable Island Horse (Canadá) entre otras.

España nos legó nuestras músicas vernáculas: estilos, términos, tristes, cielitos, temples, corridos, boleros, milongas, bagualas, cifras, tonadas, chamarritas y centenares de exquisitos bailes por todo el continente.

España nos dejó el habla castellana que produjo escritores de la talla Borges, Bioy Casares, García Márquez,  Vargas Llosa, etc. etc. etc.

La fusión culinaria hispanocriolla es otra prueba de la prosperidad y bienaventuranza que España hizo en América con cientos de sabrosos y sofisticados platos en todas las naciones Criolloamericanas (arepas, tamales, carbonadas, locros, mazamorras, asados, curantos, etc.).

Hasta la propia bandera indigenista “Wiphala” (tan enarbolada por el “Jacha Mallku” o “Gran Cóndor” Evo Morales) fue legada por Su Majestad Carlos V que la hizo confeccionar en 1530 para sus ejércitos de “tercios españoles” usada en la campaña de Flandes y fue traída a América por el sacerdote Don Pedro de la Gasca. Asimismo la colorida vestimenta de la nación “aymará” con sus característicos gorros de lana con orejeras, tampoco son autóctonos sino que es otro aporte de España por el origen catalano-aragonés que aquella tiene.

Negar todo esto es de una mala fe, de un desagradecimiento, de una ruindad sin parangón. Negar el aporte positivo y benéfico de nuestra Madre España y de nuestro Padre simbólico Crisóforo Colombo sin celebrar el DÍA DE LA RAZA, LA HISPANIDAD Y DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA es escupirnos a nosotros mismos, es renegar de nuestra propia identidad CRIOLLOAMERICANA…y quien reniega de sí mismo es ¡un cínico o un loco!