Mar. Abr 16th, 2024

Prensa Republicana

Con las ideas derechas

Aeroparque no fue Ezeiza. Por Agustín Laje

20 de junio de 1973. Tras diecisiete años de exilio, Perón regresa desde España definitivamente al país. La derecha y la izquierda peronista se amontonan en Ezeiza para recibir al líder. Se trata de la más importante movilización de la historia argentina. Pero la guerra entre hermanos es una realidad, y al mediodía el estruendo de las balas se comienza a escuchar: de los bosques disparan al palco, y del palco a la tribuna; los autos se transforman en trincheras, la gente corre por sus vidas y ya se pueden divisar muertos y heridos por doquier. El saldo ascenderá a 25 muertos y 400 heridos, según Richard Gillespie.  Otros han arriesgado números más elevados.

Pero Perón no aterriza allí; su avión se desvía hacia Morón. El ministro del Interior de Héctor Cámpora, Esteban Righi, es responsabilizado por “el viejo” de la masacre. Otras tantas culpas recaen sobre Juan Manuel Abal Medina, parte de la comitiva organizadora del regreso. Nombres que cuatro décadas más tarde, vuelven a aparecer en la historia de la mano del kirchnerismo.

11 de abril de 2016. Cristina Kirchner, tras algunos meses de haber concluido su presidencia, regresa del sur a la Ciudad de Buenos Aires. Lo que queda del kirchnerismo se reúne en Aeroparque para esperarla. Las cámaras de la prensa no hacen tomas panorámicas, pero vecinos de la zona suben a las redes sociales fotografías tomadas desde la altura donde se aprecia apenas un puñado de militantes. Pero Cristina de todas formas se siente Perón; su felicidad parece ser genuina. Saluda a la gente, baila desde el balcón. Aeroparque es el Ezeiza del nuevo milenio, debió haber pensado en aquellos momentos.

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Un clima de conflicto termina de dar el toque mágico que los nostálgicos de los ’70 necesitaban. Luis D’Elia twittea que San Martín y Belgrano hubieran fusilado a Jorge Lanata. Fernando Esteche, de Quebracho, le advierte a la ministra Bullrich que no se les ocurra meterse con Cristina porque “estamos preparados”. Hebe de Bonafini habla de “prender fuego” a Macri. La Cámpora pega amenazantes afiches que dicen “Si la tocan a Cristina…”, y nos invitan a imaginar las consecuencias.

Pero el 2016 no tiene nada que ver con 1973. Esto es, en todo caso, una caricatura de aquello. En efecto, Aeroparque no es Ezeiza: mientras en éste se dio la manifestación más concurrida de la historia argentina, en aquél no concurrieron más que un puñado de decenas. La Cámpora no es Montoneros: mientras éstos se pusieron al frente de la revolución socialista, aquéllos se pusieron frente a la robolución kirchnerista. Y Cristina no es Perón: mientras éste volvió para presidir por tercera vez el país, aquélla volvió para comparecer frente a la Justicia por sus inmorales malandanzas con el «dólar futuro» (sin contar las volteretas que esta deberá dar por sus otras causas relativas al lavado de dinero).

«La historia se repite: primero como tragedia, luego como farsa», señalaba Karl Marx en El 18 de Brumario de Luis Bonaparte.